Es habitual que un psicólogo terapeuta de pareja se encuentre en su consulta de psicología con solicitudes del tipo: «quiero recuperar la magia del principio» o «quiero que mi marido empiece a ser romántico»…
Pues bueno, los psicólogos estamos formados para cuidar la salud mental de las personas y los expertos en terapia de pareja para que las relaciones de pareja sean más saludables y satisfactorias, pero no hacemos magia (de momento).
Deseos irracionales con respecto a lo que se puede conseguir yendo a terapia de pareja
Hay emociones que acompañan a un determinado momento y son genuinas y eso es lo que las hace especiales e irrepetibles. No se puede volver a sentir ese hormigueo en el estómago 25 años después de haber conocido a tu pareja, porque era fruto de esas primeras veces. ¡Pero tranquilo, no está todo perdido! Ahora puedes disfrutar y vivir otras emociones y lo puedes sentir igualmente elevado al máximo exponente, y eso te hará sentir pleno y a gusto contigo y con tu pareja, pero de la magia del principio como recordabas, quizás debes olvidarte.
Igualmente, querer que tu marido se vuelva el hombre más romántico del mundo y te sorprenda cada día con un detalle quizás también es apuntar muy alto. ¿Quiere decir que no se puede cambiar o que tenemos que resignarnos? No, pero tenemos que tener en cuenta ciertas limitaciones. Si tu pareja ha sido siempre alguien muy despistado y que entre sus múltiples virtudes no estaba la de ser alguien detallista, quizás no logre estar al nivel que tú sueñas. Seguramente, si se lo pides, él podrá involucrarse y tratar de sorprenderte de vez en cuando pero, no va a ser un romántico de película, estoy segura. Sobre todo, porque el cambio ha de provenir de uno mismo.
Lo que sí mejorará realmente el clima entre tu pareja y tú
¿Qué podemos hacer entonces? Dejar de fijarnos tanto en lo que no tiene nuestra pareja y enfocarnos en lo que sí tiene, en lo que nos gustó tanto cuando la conocimos y que nos hacía estar tan bien con ella.
Lo que te quiero decir, es que ciertos objetivos que se traen a terapia de pareja no encajan con lo que os acercará a una relación más plena, sobre todo, porque a veces son cosas irreales. En la práctica es como pedir que te devuelva el pelo que tenías con 18 años… Así, que vuelve a valorar y a fijarte en las cosas buenas y sí, también, manifiéstale tus necesidades y deseos, pero con coherencia.
