DESPUÉS DE TODA LA VIDA DISCUTIENDO ME DEJA DE UN DÍA PARA OTRO

Seguramente conozcáis a alguna pareja estable, que tras muchos años juntos ha roto sin previo aviso. En consulta, el miembro de la pareja que ha sido dejado manifiesta no haberlo visto venir.

Su justificación es que pese a que discutían y que las cosas no iban bien, no era algo nuevo, sino que llevaban prácticamente toda la vida así, casi no recuerda cuándo empezó a ir mal y, además, su pareja nunca le mencionó que se estaba cansando o que quizás si seguían así dejaría la relación.

Y… la pregunta es: Si os pasabais el día discutiendo y no estabais bien, ¿Qué es lo que te sorprende? Si lo que debe sorprenderte es por qué habéis tardado tanto en tomar la decisión.

Y es que ese es el problema de vivir amarrados a la rutina, la rutina del compromiso, de los hijos, de la comodidad de no tener que plantearnos si las cosas marchan como deberían. Y entonces nos aferramos a la idea de: “Si llevo tanto tiempo aguantando, ¿por qué ahora dejarle?

Pues verás, podría darte muchos motivos teóricos, pero lo resumiré en que te mereces poder disfrutar de todas las parcelas emocionales que tienes abandonadas.

Las opiniones que nos lastran y no nos dejan avanzar hacia nuestra plenitud.

Pero volviendo al momento ruptura, en estos casos es súper frecuente escuchar comentarios por parte del entorno del tipo:

  • Mira que dejarlo después de tantos años, ahora, con la edad que tienen.
  • Y hacer pasar a los hijos por esto, ¡qué necesidad!
  • Teniendo sitio en casa, si no se llevaban bien que cada uno se hubiese quedado en un cuarto y ya está.
  • Ahora a repartir todas las cosas y a empezar de nuevo en otras viviendas, madre mía.


Sí, sí, así leído suena fuerte, pero te aseguro que pasa. Y bueno, aunque no está bien hacerlo y aunque no son opiniones acertadas, permitidme justificarlo en cierta manera. Venimos de muchos años de arrastrar la idea de el matrimonio es para toda la vida, hay que aguantar. Y sí, aún cuesta ir soltando esa idea.

Vivimos amarrados a la cultura del soportar, soportar porque es lo que se tenía que hacer y se nos hace muy cuesta arriba ir pensando en nosotros y priorizarnos.

Hay que parar y valorar si nos merecemos vivir así o no.

Pero a veces es más sencillo: si no sois felices como pareja, no hay conexión, no habláis, no disfrutáis juntos, no os admiráis, o si simplemente tú, no lo sientes así con tu pareja es momento de implementar un cambio. No has firmado un contrato irreversible.

Y si la situación no está bien, pero os queréis y queréis que mejore vuestra relación, acudid a terapia de pareja. Pero dejadme deciros que esto no es coser y cantar. Hay que trabajarlo, tiene que haber motivación y mucho compromiso y, tiene que venir por parte de los dos. Tiene que haber ganas de implicarse, de tener conversaciones incómodas y de ser sinceros con vuestras necesidades y vuestros deseos.

Y aún si no se gana, lo que es seguro es que se aprende.

Y aún así, a veces no funciona, pero seguro que merecerá la pena para vuestra vida futura y para posibles futuras parejas. Es importante identificar qué queremos y esperamos de una relación y qué somos capaces de dar al otro. Y también es sano poder cerrar una relación sin guardarnos cosas, sabiendo que has estado implicado y que no has escatimado esfuerzos. Poder mirar atrás y guardar un buen recuerdo de lo que hubo entre vosotros.

FLORA HIDALGO | PSICÓLOGA CORDOBA

Scroll al inicio
× ¿Cómo puedo ayudarte?